Rafael era un niño inquieto, inteligente y obediente a sus padres, y contaba con dotes de emprendimiento muy avanzados para su edad. Su abuelo materno, un comerciante y exitoso empresario, fue su inspiración. Sus padres, desde muy temprano, le enseñaron a él y a sus hermanos, la importancia del ahorro y la efectiva administración del dinero. Ellos fueron de inspiración para él en cuanto a superación, al ahorro con propósito, a inversiones a corto y largo plazo, y al financiamiento inteligente.

A los 7 años, su papá empieza a enseñarle con la práctica el valor del dinero y de que el mismo viene de la realización de un trabajo. Rafael entonces empieza a limpiar los zapatos de su papa, quien era muy exigente a la hora de recibir los zapatos limpios para pagar.

Con sus primeros ingresos de mesada, hizo su kit de limpiabotas. Y todo lo que ganaba, lo ahorraba en su alcancía. Al mismo tiempo, había días que sus padres le daban dinero para las meriendas del colegio, dinero que también ahorraba y prefería llevarse un sándwich de su casa para poder ahorrar.

Así, a los 8 años, sus padres lo llevan a una asociación de ahorros y créditos de su país, donde saca una cuenta de ahorros infantil. En dicha cuenta, Rafael fue bien perseverante en depositar regularmente, poco a poco, y no retiraba, todo lo dejaba en ahorros.

A los 12 años, como su papá sabía que a Rafael le encantaba la mecánica, lo anima a tomar un “trabajo” con un vecino de armar y desarmar bicicletas, donde el ganaba por bicicletas armadas.

A los 15 años, en su colegio, su compañero de clases llamado José, llega por la mañana con un bulto, y dice estar vendiendo unas cruces que cuelgan del cuello, hechas finamente de madera. Las muchachas se interesan de una vez y empiezan a preguntar precio, otras a sacar dinero para comprarle algunas piezas. Rafael, que está evidenciando el negocio ante sus ojos, ni tonto ni perezoso, se interesa en el producto, pero no para comprarlo ni regalarlo, sino que quería ser parte del negocio de venta de las cruces.

Rafael inicia como distribuidor de las cruces de madera que José vendía, y se da cuenta de otra oportunidad. Hay muchachas que no tienen el dinero en el momento pero que les interesa sobremanera la compra, por lo que inicia también un pequeño negocio de financiamiento de las cruces. Las clientas debían pagar a Rafael un interés diario de 25%. El lo calculó de la siguiente manera: Si hoy te presto RD$1.00, mañana me debes RD$1.25. ¿Y por qué lo hizo así? Por la denominación de la moneda dominicana.

En ese momento, las denominaciones del peso dominicano que circulaban eran:

  • Monedas de 25 centavos y 50 centavos
  • Billetes de RD$1.00, RD$5.00, RD$20.00, RD$50.00, RD$100.00, RD$500.00 y RD$1,000.00

En ese momento en el tiempo, los refrescos de cola venían en botellas de vidrio, y para fines de facilitar la recolección de las botellas por todo el recinto escolar, la cafetería remuneraba con RD$1.00 a toda persona que les entregaba de vuelta las botellas vacías. De este modo, era muy común que algunos estudiantes fueran por todo el patio del colegio pidiendo le regalaran sus botellas vacías a aquellos que no querían volver a la cafetería, y de este modo recaudar de la cafetería la recompensa.

En este sentido, y Rafael sabiendo esto, y siendo la denominación más baja de monedas la de 25 centavos, determinó el slogan fácil de recordar y calcular tanto para él como para sus clientes: “Hoy te presto RD$1.00, mañana me debes RD$1.25”.

Rafael, a su corta edad, aún no había tenido contacto con lo que era matemáticas financieras, o presupuesto, o costo del dinero en el tiempo. Lo que sí el sabía era que existía algo que se llamaba interés, porque ya el tenía una cuenta de ahorros que le generaba intereses, y que el dinero valía en el tiempo.

Hasta este punto, los padres de Rafael y las autoridades del colegio no tienen idea de que estos negocios están siendo ejecutados. Rafael empieza a cobrar intereses por los préstamos, y su venta de cruces se dispara al cielo, creando una necesidad de mejor precio de su proveedor, José. Al éste último no llegar a un acuerdo de mejor precio, Rafael llega al acuerdo de que José le presentara a quien fabricaba realmente las cruces, para el tener una compra directa al suplidor. Y así lo hicieron. Rafael contacta al suplidor, consigue un mejor margen en sus ventas y sigue teniendo ingresos por el financiamiento ofertado a los clientes.

Con el paso del tiempo, y el negocio floreciendo, su visión de emprendedor fue cortada de raíz, dado que sus padres le prohibieron la continuación de ambos negocios. Sus padres notaron en él mucha ambición por los negocios, y entendieron que lo mejor era cesar. En ese momento, Rafael no lo entendía, pero obedeció.

Sus ingresos del negocio fueron íntegramente a la cuenta en la asociación de ahorros y prestamos que había abierto, junto a sus padres, 7 años atrás.

Pasó el tiempo, Rafael llega a la universidad, y a los 19 años, ve otra oportunidad, esta vez como inversionista. Él se entera de que el Gobierno está dando facilidades de financiamiento a aquellos que adquieran viviendas de bajo costo. Y cuando vio su cuenta de ahorros, vio su sueño cumplido. Su balance tenía lo que necesitaba para completar el inicial de ese inmueble. Y así, Rafael con solo 19 años, ya era propietario de un inmueble, y tenía un préstamo bancario a su nombre.

Él pudo obtener las informaciones de administración del dinero, emprendimiento, ahorro, inversión y deuda a una corta edad, lo que le permitió usar todo ese conocimiento en su vida desde temprana edad, evitándole problemas futuros, pero más aún, aprovechando el tiempo y capitalizando cada oportunidad en su vida.

En este tiempo de crisis, donde todos, en todo el mundo, estamos muy enfocados en la depresión económica y en como la mayoría de nosotros no se preparó financieramente para un momento como éste, he estado en constante análisis sobre cuál será la razón de por qué no hubo tal preparación, o como aportar a la sociedad para preparar a la próxima generación.

Todos sabemos que la economía no es estática, y que tiempos de bonanza son precedidos y sucedidos por tiempos de escasez. Entonces, ¿cómo es que sólo el 56% de los dominicanos posee cuentas de ahorro *? ¿Por qué el 69 por ciento de los adultos en todo el mundo tienen una cuenta bancaria *? ¿Cómo es posible que solo la mitad de los adultos de todo el mundo informa haber ahorrado dinero durante el año anterior?

“Para esclarecer por qué las personas no están bancarizadas, la encuesta 2017 de Global Findex les preguntó a los adultos que no poseían una cuenta en una institución financiera por qué no la tenían. La mayoría dio dos razones. La más común era que tenían muy poco dinero como para usar una cuenta. Dos tercios dijeron que esa era una de las razones por la cual no tenían una cuenta en una institución financiera, y cerca de un quinto la citó como la única razón. El costo y la distancia fueron mencionados por alrededor de un cuarto de las personas que respondieron a la pregunta, y un porcentaje similar dijo que no poseían una cuenta porque un miembro de la familia ya tenía una. La falta de documentación y la desconfianza en el sistema financiero fueron mencionadas por alrededor de un quinto de los adultos sin cuenta en una institución financiera, y un 6 % adujo motivos religiosos.” Global Index 2017.

La manera de hacer un cambio profundo y duradero en la sociedad mundial, debemos incluir la educación en los niños con los valores correctos. En la etapa escolar, se supone que los niños deben aprender todos los conocimientos necesarios para la vida. La educación financiera es de suma importancia desde los primeros años de vida, porque el uso del dinero es común y prioritario para vivir. El dinero es la moneda de intercambio, por lo que se requiere para adquirir bienes y servicios necesarios para la vida, por lo que su uso saludable debe ser enseñado a los niños, igual que las asignaturas básicas, idiomas y religión.

Como no lo hacemos así, cuando la persona llega a la adultez se enfrenta a la generación de dinero sin los conocimientos de administrar los mismos, por lo que es común que enfrenten problemas financieros derivados de la mala administración, y es en ese punto cuando la persona debe forzadamente buscar ayuda y aprender lo que debió ser enseñado antes de que llegara el momento de su uso.

¿Qué podemos aprender de la historia de Rafael, la cual es una historia real?

  1. El impacto que hace en la vida de un niño el ejemplo de sus padres y abuelos, y la educación financiera no es la excepción.
  2. Los niños aprenden lo que le enseñes. Todos son enseñados desde pequeños a que estudiar es importante para en el futuro producir dinero, pero no todos son enseñados a cómo administrar ese dinero y las decisiones que se toman a la hora de producirlo.
  3. Los padres debemos estar pendientes de los deseos que tienen nuestros hijos, y como apoyarlos a lograrlos con una fórmula balanceada de esfuerzo – recompensa.
  4. Es positivo enseñar a los niños a ganar dinero por medio del trabajo y el esfuerzo, y a tomar las decisiones relativas al dinero obtenido.

La cultura del ahorro es una debilidad sistémica a nivel mundial, por lo que la razón principal de este libro enfocar el libro en cómo podemos levantar una generación de niños que desde temprano conozcan los términos financieros y bancarios, entiendan la importancia del ahorro y la administración efectiva del dinero. Este libro involucra y enseña a los niños más pequeños habilidades financieras, de administración de dinero, emprendimiento y administración de la vida al empoderarlos para administrar dinero físico real, negocios y sus vidas todos los días en el hogar.

 

* Global FINDEX 2017, Banco Mundial.

 

 

 

 

 

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